El dolor de espalda es una de las molestias más comunes que afectan a ocho de cada diez personas en algún momento de sus vidas. Normalmente son molestias causadas por tensión muscular que se acumula en determinadas zonas, comúnmente ocasionadas por malos hábitos posturales, rutinas laborales contraproducentes, sobrepeso, muchas veces por un estilo de vida sedentario.
Con el ritmo que llevamos día a día, estrés en el trabajo, conciliación de la vida laboral con la vida familiar, el estrés ambiental, es difícil encontrar un hueco para dedicarnos una hora al día a nosotros mismos y a nuestros cuidados. Es muy importante realizar algún tipo de actividad física para poder mantener nuestro cuerpo en óptimas condiciones, con el fin de evitar o retrasar la aparición de ciertas molestias derivadas del día a día.
Ejercicios de bajo impacto como la bicicleta estática, elípticas o caminar por terrenos llanos y blandos, son actividades recomendables para mantener una forma física saludable, más cuando sufres de dolor de espalda. La práctica de la natación puede ser un buen aliado, tanto para mantener la forma como para rehabilitar un problema de espalda, siempre y cuando la patología no esté contraindicada con esta práctica deportiva.
Tendremos que evitar, sobre todo, si sufrimos dolor de espalda, actividades que impliquen un alto componente de carga, como levantar pesos o realizar movimientos agresivos y rápidos. Deberemos prestar atención a la técnica y la postura con la que realizamos los ejercicios, ya sea en el gimnasio o en el trabajo, con el simple hecho de agacharlos a levantar una caja o un objeto del suelo.
Será muy importante el seguimiento de la patología o la lesión por parte de un personal profesional y especializado que nos aconseje en que actividades serán beneficiosas y que deberemos evitar.